Tu funnel de conversión es un colador: cómo tapar los agujeros y dejar de perder ventas
Aprende todo sobre el funnel de conversión y cómo mejorar tus resultados. Atrae, convierte y fideliza clientes con esta guía esencial.
Aug 2, 2025

Tu funnel de conversión es la ruta que sigue una persona desde que no sabe quién eres hasta que saca la tarjeta para comprarte. Es la herramienta que te dice, sin rodeos, dónde y por qué pierdes ventas y, sobre todo, qué tornillos apretar para que no vuelva a pasar.
Qué es un funnel de conversión y por qué lo necesitas
Imagina que das una fiesta e invitas a cien personas. Todas reciben tu invitación (la primera toma de contacto con tu marca). De esas cien, cincuenta te dicen que sí, que irán. Pero el día de la fiesta, solo treinta aparecen por la puerta. Y de esos treinta, al final se quedan veinte a disfrutar de la noche.
¿Qué pasó con las ochenta personas que se quedaron por el camino? ¿La invitación no era lo bastante atractiva? ¿La dirección era confusa? ¿La música de la entrada no les gustó?
El funnel de conversión responde exactamente a esas preguntas, pero aplicadas a tu negocio. No es un concepto teórico, sino un mapa práctico que te permite ver el viaje completo de tus clientes. Te enseña, paso a paso, cómo un perfecto desconocido acaba convirtiéndose en un cliente que confía en ti.
El modelo se llama "embudo" por una razón obvia: por arriba entra mucha gente, pero a medida que bajan por las distintas fases, el número se va haciendo más pequeño. Es normal. Lo que no es normal es no saber por qué se van. Tu misión es hacer que ese embudo sea lo más ancho posible en cada etapa.
El viaje del cliente, al descubierto
La gran ventaja del funnel es que convierte algo complejo como la decisión de compra en fases que puedes entender, medir y mejorar. Dejas de ver las ventas como algo que simplemente "pasa" y empiezas a diagnosticar la salud de tu estrategia de marketing como un médico.
Un funnel bien definido te da el poder de pasar de esperar que los clientes lleguen a diseñar un sistema predecible que los atraiga y los convierta. Es la diferencia entre la suerte y la estrategia.
Este gráfico te ayuda a visualizar cómo se va estrechando el camino a medida que el cliente avanza, desde el primer "hola" hasta el "sí, quiero comprar".

Como ves, es natural perder gente en cada escalón. Lo importante es que, al saber dónde se producen esas caídas, puedes poner soluciones para frenarlas.
Las fases clave de tu embudo
Aunque hay diferentes modelos, casi todos los funnels se dividen en tres grandes etapas que seguro que te suenan: TOFU, MOFU y BOFU. Cada una corresponde a un estado mental diferente del cliente y, por lo tanto, exige una estrategia distinta por tu parte.
Para que quede todo más claro, he preparado una tabla resumen. En ella verás de un vistazo qué pasa por la cabeza de tu cliente potencial en cada fase y cuál debería ser tu objetivo principal.
Las fases del funnel de conversión
Un resumen de cada etapa del embudo, el estado del prospecto y el objetivo principal de marketing que debes perseguir en cada una.
Fase del Funnel (Acrónimo) | Estado del Cliente Potencial | Objetivo Principal |
---|---|---|
TOFU (Top of the Funnel) | Es un desconocido con un problema o necesidad, pero quizás aún no sabe que tú tienes la solución. | Atraer el máximo tráfico cualificado posible. Educar y generar conciencia de marca sin vender. |
MOFU (Middle of the Funnel) | Ya te conoce y te considera una opción. Está comparando alternativas y buscando la mejor solución para su problema. | Generar leads y construir una relación de confianza. Posicionarte como la mejor alternativa. |
BOFU (Bottom of the Funnel) | Está a punto de tomar una decisión. Tiene una alta intención de compra y solo necesita el último empujón. | Convertir el lead en cliente. Cerrar la venta y facilitar la transacción. |
En definitiva, ignorar tu funnel es como intentar navegar en mar abierto sin brújula ni mapa. Sabes que quieres llegar a buen puerto (más clientes), pero no tienes ni idea de cómo. Sin él, tus esfuerzos de marketing son como disparar al aire: inviertes en anuncios, creas contenido y cruzas los dedos para que algo funcione.
Cuando tienes un funnel claro, cada acción tiene un porqué. Sabes qué tipo de contenido necesita tu cliente en cada momento y cómo medir si está funcionando. Y eso te permite optimizar tu presupuesto, reducir lo que te cuesta conseguir cada cliente y, lo más importante, construir un motor de crecimiento para tu negocio que funcione de forma predecible.
Las 4 etapas del viaje de tu cliente
El camino que recorre una persona desde que no sabe quién eres hasta que se convierte en cliente no sucede por casualidad. Es un viaje predecible, un mapa que te permite entender qué necesita, qué piensa y qué siente en cada momento. Este mapa se conoce como el modelo AIDA, un acrónimo que resume las cuatro paradas clave en cualquier embudo de conversión bien pensado.

Entender este modelo no es solo teoría; es la diferencia entre actuar a ciegas y hablarle a tu cliente de forma relevante. Si sabes en qué fase del viaje está, puedes darle justo lo que busca en ese preciso instante.
Vamos a desgranar cada una de estas etapas para que sepas qué palancas mover para que esa persona avance hasta el final.
1. Atención (Awareness)
Aquí todo empieza. En esta primera fase, la persona tiene un problema o una necesidad, pero ni siquiera sabe que existes para ayudarle. Es un completo desconocido que navega por internet.
Tu objetivo aquí no es vender. Ni se te ocurra. Tu única misión es que te descubran. Quieres que, entre todo el ruido digital, algo le llame la atención.
Para lograrlo, tienes que captar su atención de forma útil, sin ser invasivo. Al fin y al cabo, estás interrumpiendo su día, así que más vale que sea con algo que merezca la pena.
Estrategias clave en esta fase:
Contenido útil en tu blog (SEO): Escribe artículos que respondan a las preguntas que tu público se hace. Si alguien busca "cómo gestionar mejor mis proyectos", tu artículo debería estar ahí.
Publicaciones en redes sociales: Crea contenido fácil de consumir y compartir, como vídeos cortos, infografías o consejos rápidos. El objetivo es ganar visibilidad y llevar gente a tu web.
Publicidad de alcance: Usa Facebook Ads o Google Ads para mostrar anuncios a audiencias amplias pero bien segmentadas por sus intereses.
El error más común: Intentar vender en la primera cita. En la fase de Atención, un desconocido no te va a comprar. Tu único trabajo es que te conozca y te vea como una fuente fiable.
2. Interés (Interest)
Has conseguido que ese desconocido haga clic y aterrice en tu terreno (tu web, tu blog, tu perfil). Ya no es un extraño, ahora es un visitante. Sabe quién eres y ha mostrado un chispazo de interés.
Ahora, el objetivo es convertir ese interés superficial en una conexión real. Quieres que piense: "Esta gente sabe de lo que habla, quiero saber más". Es el momento de empezar a construir una relación.
Tácticas para despertar el interés:
Lead Magnets: Ofrece recursos de mucho valor a cambio de su email. Puede ser una guía en PDF, una plantilla o el acceso a un webinar exclusivo.
Contenido más profundo: Publica artículos largos o estudios de caso que demuestren tu experiencia y le ayuden a entender mejor su propio problema.
Suscripción a la newsletter: Invítale a unirse a tu comunidad para recibir consejos y novedades directamente en su bandeja de entrada.
Al capturar su email, ese visitante se convierte en un lead. La magia de esto es que ahora tienes un canal directo para hablar con él.
3. Decisión (Decision)
Llegamos a un punto crucial. Tu lead ya te conoce, confía en ti y te considera una opción real para resolver su problema. Pero, claro, no eres el único en el mercado.
En esta etapa, está comparando activamente tus soluciones con las de la competencia. Se pregunta: "¿Por qué debería elegiros a vosotros y no a los demás?". Tu misión es darle todas las razones para que la balanza se incline a tu favor.
Herramientas para facilitar la decisión:
Casos de éxito y testimonios: La prueba social es tu mejor aliado. Ver cómo has ayudado a otros con problemas similares reduce el miedo a equivocarse.
Demos de producto o consultas gratuitas: Deja que pruebe tu solución o que hable con un experto para resolver dudas concretas. Es la mejor forma de que vea el valor por sí mismo.
Páginas de precios claras: Pónselo fácil para que compare y entienda qué obtiene por su dinero. La transparencia aquí es fundamental.
4. Acción (Action)
Este es el momento de la verdad. El lead ha decidido que quiere comprar. Está en la línea de meta del funnel de conversión. Parece que ya está todo hecho, pero te sorprendería la cantidad de ventas que se pierden aquí por culpa de pequeños obstáculos.
El objetivo es que el proceso de compra sea tan fácil que no tenga ninguna excusa para echarse atrás. Cualquier complicación puede hacer que abandone el carrito.
La estructura de este embudo es crítica, sobre todo en mercados competitivos. Por ejemplo, en España, más del 70% de las compras online empiezan en el móvil. Sin embargo, la tasa de abandono de carritos ronda un alarmante 75%, lo que demuestra la importancia de pulir cada paso, especialmente el último. Puedes profundizar en estas dinámicas del mercado español para entender mejor el panorama.
Claves para optimizar la acción:
Llamadas a la acción (CTAs) claras y visibles: Usa botones con textos directos como "Comprar ahora" o "Finalizar mi pedido".
Proceso de pago simplificado: Pide solo los datos imprescindibles. Ofrece varias formas de pago (tarjeta, PayPal, etc.).
Páginas de pago seguras: Muestra sellos de confianza y garantías para que no le quede ninguna duda sobre la seguridad.
Una vez completado este paso, el lead se convierte en cliente. Pero el viaje no termina aquí; ahora empieza la fase de fidelización, la semilla para futuras ventas.
Cómo saber si tu funnel de conversión funciona de verdad
Seamos sinceros: un funnel sin datos es poco más que un dibujo bonito. Es como salir a correr para preparar una maratón, pero sin reloj. Crees que estás mejorando, pero en realidad, no tienes ni idea.
Para que tu embudo deje de ser una conjetura y se convierta en una máquina de crecimiento, tienes que medir. Pero no cualquier cosa.
Olvídate de las métricas que solo sirven para inflar el ego, como los "me gusta". Esas cifras no pagan las facturas. Céntrate en los Indicadores Clave de Rendimiento (KPIs), los que de verdad te dicen cómo está la salud de tu negocio.
Las tres métricas que lo definen todo
Aunque podrías ahogarte en datos, hay tres métricas que son el pilar de cualquier negocio. Si solo pudieras elegir tres, serían estas:
Tasa de Conversión General: Es el pulso de tu negocio. De toda la gente que entra en tu web, ¿qué porcentaje hace lo que tú quieres que haga (comprar, registrarse)? Si de 100 visitantes, 2 te compran, tienes una tasa de conversión del 2%.
Coste de Adquisición de Cliente (CAC): ¿Cuánto te cuesta, en euros, conseguir un nuevo cliente? Suma tu inversión en marketing y ventas de un mes y divídela entre los nuevos clientes de ese periodo. Si gastaste 1.000 € y conseguiste 10 clientes, tu CAC es de 100 €.
Valor de Vida del Cliente (LTV): Esto es oro. ¿Cuánto dinero te deja de media un cliente a lo largo de toda su relación contigo? La regla de un negocio sano es que el LTV sea bastante más alto que el CAC (idealmente, x3).
Medir es la única forma de saber si tus cambios funcionan. Sin datos, cada ajuste es un tiro al aire. Con datos, cada ajuste es un experimento calculado.
Un KPI para cada etapa del camino
Ahora, bajemos al detalle. Cada fase del embudo tiene sus propios chivatos, sus propias métricas que te alertan si algo no va bien. Es como un panel de control para cada parte del motor. Analizarlas te ayuda a encontrar los "cuellos de botella", esos puntos exactos donde estás perdiendo clientes.
Por ejemplo, el estudio anual de conversión de Flat 101, una referencia en el sector digital en España, siempre insiste en la importancia de las microconversiones. Acciones como añadir un producto al carrito no son la venta final, pero te gritan "¡esta persona está muy interesada!".
Para que te sea más fácil, piensa en estas métricas como las preguntas que deberías hacerte en cada paso.
Aquí tienes una tabla que te servirá de guía rápida.
KPIs esenciales para cada fase del funnel
Una guía para asociar las métricas de rendimiento clave (KPIs) con cada una de las etapas del funnel de conversión.
Etapa del Funnel | Métrica Principal (KPI) | La Pregunta que Responde |
---|---|---|
Atención | CTR (Click-Through Rate) | ¿Mi mensaje es lo bastante atractivo para que la gente haga clic? |
Interés | Tasa de Conversión a Lead | De todos los que me visitan, ¿qué porcentaje me da su email? |
Decisión | Tasa de Abandono del Carrito | ¿Cuántos inician el proceso de compra pero no lo terminan? ¿Hay fricción? |
Acción | Tasa de Conversión Final | De todos los que llegan al final, ¿qué porcentaje se convierte en cliente? |
Cuando empiezas a medir estos KPIs, tu funnel de conversión pasa de ser una idea a tu mejor herramienta de diagnóstico. Sabrás exactamente qué fase necesita un arreglo y tomarás decisiones basadas en la realidad, no en intuiciones.
Estrategias prácticas para optimizar tu embudo
Saber dónde se te escapan los clientes en el funnel está muy bien, pero es solo la mitad del trabajo. Ahora toca remangarse y tapar esas fugas. Optimizar tu embudo no es algo que se hace una vez; es un proceso continuo de probar, medir y ajustar.

Vamos a darte una caja de herramientas llena de tácticas concretas para reforzar cada etapa del viaje. La idea es que salgas de aquí con un plan claro para que tu embudo funcione como una máquina bien engrasada.
Cómo mejorar la parte alta del funnel (TOFU)
En la fase de Awareness, el objetivo no es atraer a todo el mundo, sino atraer a la gente correcta. Quieres que quienes llamen a tu puerta sean personas con un problema real que tú puedes solucionar. Si no, estarás llenando tu embudo de curiosos que jamás te comprarán.
Tácticas para la fase de Atención (Awareness):
Marketing de contenidos con bisturí: No escribas por escribir. Investiga qué palabras clave busca tu cliente ideal justo cuando empieza a sentir ese "dolor" o necesidad. Crea artículos o vídeos que respondan a esas dudas iniciales.
Publicidad ultra-segmentada: En plataformas como Meta (Facebook e Instagram) o LinkedIn, no te quedes en la superficie. Bucea más hondo: filtra por intereses, cargos o comportamientos que definen a tu cliente perfecto. Una campaña bien segmentada vale por diez genéricas.
Colaboraciones estratégicas: Piensa, ¿dónde pasa el tiempo tu cliente ideal? Contacta con los blogs o expertos que sigue para que te presenten a su audiencia. Una recomendación es un atajo potentísimo.
Potenciando la zona media de tu embudo (MOFU)
Vale, has captado su atención y tienes su email. Ahora empieza el verdadero cortejo. En la fase de Interés y Consideración, tu misión es construir una relación y demostrar por qué eres la mejor opción. No puedes dejar que ese lead se enfríe.
Aquí es donde muchas empresas meten la pata. Consiguen el lead y se quedan en silencio, esperando que vuelva por arte de magia. Tienes que mantener la conversación viva.
Estrategias clave para la fase de Interés (Interest):
Secuencias de email de nutrición (Nurturing): Prepara una cadena de correos automáticos que se activan cuando alguien se descarga tu guía. En lugar de vender directamente, sigue aportando valor: comparte un caso de éxito, un truco extra o la respuesta a una duda común.
Retargeting inteligente: Muestra anuncios específicos a la gente que ya ha visitado tu web. Si alguien leyó un artículo sobre "gestión de proyectos", enséñale un anuncio sobre tu webinar para gestionar proyectos. Es un recordatorio sutil.
Webinars y demostraciones: Para productos o servicios complejos, no hay nada como una demostración en directo. Es la mejor forma de llevar a un lead de "estoy mirando" a "esto me interesa de verdad".
Optimizando la parte baja del funnel (BOFU)
Llegamos al momento de la verdad: la Decisión y la Acción. En esta última fase, el cliente potencial está a un solo paso de comprar, pero las dudas de última hora pueden echarlo todo por tierra. Tu trabajo es eliminar cualquier obstáculo y darle ese empujón final.
Las empresas que se obsesionan con la Optimización de la Tasa de Conversión (CRO) en esta etapa ven resultados espectaculares. Pequeños ajustes aquí tienen un impacto directo en la facturación.
Tácticas para las fases de Decisión y Acción:
Prueba social por todas partes: Llena tus páginas de venta con testimonios, reseñas, logos de clientes y casos de éxito. Ver que otros han triunfado contigo es el mejor antídoto contra el miedo a equivocarse.
Ofertas claras e irresistibles: Tu oferta tiene que entenderse a la primera. ¿Qué incluye? ¿Qué problema soluciona? A veces, añadir un bonus por tiempo limitado es el pequeño incentivo que faltaba.
Simplificación máxima del checkout: Cada campo de más en un formulario de pago es una puerta abierta al abandono. Pide solo los datos imprescindibles. Ofrece varias formas de pago y muestra sellos de seguridad.
Pruebas A/B en tus CTAs: No des por sentado que "Comprar ahora" es el mejor texto. Prueba con "Empezar hoy", "Quiero mi acceso" o "Finalizar mi pedido". Un simple cambio de color o texto puede aumentar las conversiones.
Al aplicar estas estrategias, tu funnel de conversión dejará de ser un colador para convertirse en un sistema optimizado que guía a tus clientes hasta la compra.
Embudos de conversión que sí funcionan en el mundo real
La teoría está bien, pero donde de verdad se pilla el poder de un embudo de conversión es viéndolo en acción. La mejor forma de sacar ideas para tu negocio es analizar cómo lo hacen las empresas que ya dominan su mercado.
Vamos a ver dos ejemplos muy diferentes, pero igual de potentes: el embudo B2C de una app de comida a domicilio y el embudo B2B de una empresa de software (SaaS).
El embudo B2C de una marca de comida a domicilio
Piensa en la última vez que pediste comida con una app tipo Glovo o Uber Eats. Tienen el proceso tan afinado que ni te das cuenta de que estás metido en un embudo. Funciona así:
1. Atención (TOFU): El cebo perfecto
Nadie se levanta diciendo: "Voy a bajarme una nueva app para pedir comida". Te atrapan en tus momentos de debilidad.
Anuncios en redes sociales: Te enseñan fotos y vídeos irresistibles en Instagram o TikTok, justo a la hora de comer. Sacan la artillería pesada con hamburguesas que gotean para despertarte el hambre.
Ofertas que no puedes rechazar: El gancho definitivo suele ser un descuento jugoso. Frases como "20 € de descuento en tus 3 primeros pedidos" derriban cualquier barrera y te empujan a probar.
2. Interés y Decisión (MOFU y BOFU): De la tentación al clic
Ya has picado el anzuelo y estás en su app. Ahora el objetivo es que pidas, y que lo hagas ya. Fusionan las fases de interés y decisión de una manera magistral.
Menús visuales y directos: La experiencia de usuario aquí lo es todo. Te encuentras con fotos de calidad de cada plato, filtros para que encuentres lo que buscas y recomendaciones. Te lo ponen facilísimo.
Confianza al instante (prueba social): Cada restaurante y plato vienen con valoraciones y comentarios. Ver que un plato tiene 4,8 estrellas y más de 500 reseñas te da ese empujoncito de seguridad que necesitas.
Este sector tiene uno de los embudos más eficientes. En España, el segmento de la comida a domicilio tiene una tasa de conversión global del 8,79%. Pero en las aplicaciones móviles, esta cifra se dispara hasta el 16,41%, lo que demuestra el poder de una buena experiencia móvil. Puedes ver más datos sobre las tasas de conversión en el ecommerce español.
3. Acción (BOFU): Un cierre sin complicaciones
Ya tienes el carrito lleno. Solo queda pagar. Cualquier piedra en el camino puede hacer que lo dejes todo.
Pago en un solo clic: La app guarda tus datos para que los siguientes pedidos se hagan, literalmente, con un toque. Cero fricción.
Seguimiento en tiempo real: En cuanto pagas, aparece un mapa que te dice dónde está tu pedido. Este toque de gamificación y transparencia calma la ansiedad y redondea la experiencia.
El embudo B2B de una empresa SaaS
Cambiemos de escenario. Vender un software de 50 € al mes a otra empresa es un partido que se juega mucho más lento. Aquí la confianza y la educación son las claves del embudo de conversión.
1. Atención (TOFU): Educar para después vender
Las empresas no buscan "un software". Buscan "una solución para la facturación". Es ahí donde empieza el embudo.
Contenido que aporta valor: Crean guías completas, webinars o informes que hablan de los problemas de su cliente ideal. No se centran en su producto, sino en el dolor de su cliente.
SEO y LinkedIn como altavoces: Se posicionan en Google para búsquedas informativas y mueven su contenido en LinkedIn, donde están los profesionales.
2. Interés y Decisión (MOFU): La confianza se construye paso a paso
Un cliente potencial B2B necesita que lo cuiden. Una vez consiguen su email, empieza una fase para demostrarle que son expertos y que puede fiarse.
La idea no es bombardear con ofertas, sino posicionarse como el experto que mejor entiende su problema. La venta llega sola, como consecuencia de la confianza.
Casos de éxito y demos a medida: Le enseñan cómo otras empresas de su sector han solucionado los mismos problemas con su software. Ofrecen demos personalizadas para que vea la herramienta funcionando con sus propios datos.
Email Nurturing: Le envían una secuencia de correos automáticos que aportan más valor, resuelven dudas y, sutilmente, le guían hacia la decisión de compra.
3. Acción (BOFU): Un aterrizaje que enamora
El cliente ha pagado. ¡Perfecto! Pero en el mundo del SaaS, la venta no acaba aquí. De hecho, acaba de empezar.
Prueba gratuita y onboarding: Le ofrecen un free trial o un plan gratuito sin riesgo. El proceso de onboarding (los primeros pasos en la plataforma) es súper guiado para que vea el valor del software cuanto antes.
Soporte proactivo: El equipo de customer success le contacta para ayudarle a sacarle partido a la herramienta. Esto es clave para que no se dé de baja.
Como ves, aunque los productos y clientes no tengan nada que ver, los principios del embudo son los mismos: atraer aportando valor, construir una relación de confianza y quitar todos los obstáculos en el momento de la verdad.
Preguntas frecuentes sobre el funnel de conversión
Incluso con la guía más completa, es normal que surjan preguntas por el camino. ¡Vamos a despejarlas! Aquí tienes respuestas directas a las dudas más habituales, para que puedas ponerte manos a la obra sin inseguridades.

¿Funnel de conversión y embudo de ventas son lo mismo?
Casi, pero no exactamente. Aunque es muy común usarlos como si fueran idénticos, tienen un pequeño matiz.
El "embudo de ventas" es el término más tradicional. Se refiere a las etapas que gestiona el equipo comercial, desde que recibe un lead cualificado hasta que se cierra la venta.
En cambio, el "funnel de conversión" es un concepto del marketing digital con una visión más panorámica. Abarca todo el viaje del cliente, incluso mucho antes de que sepa quién eres.
En la práctica, hoy en día las líneas son muy borrosas. Lo importante es entender que el funnel de conversión te da una foto completa de la experiencia digital de tu cliente.
¿Cuánto se tarda en crear un funnel que funcione?
Depende. Puedes montar un sistema básico en unas pocas semanas: una campaña de anuncios que dirige a una página para descargar una guía, seguida de una secuencia automática de correos.
Ahora bien, un funnel más complejo para un servicio B2B de alto valor, con webinars y automatizaciones avanzadas, puede llevar varios meses de planificación.
La clave no es la velocidad, sino la mejora continua. Un funnel nunca está "terminado". Es un sistema vivo que hay que medir, probar y optimizar constantemente. Tu primera versión es solo el punto de partida.
¿Qué herramientas básicas necesito para empezar?
No te agobies, no hace falta un arsenal tecnológico carísimo. Con unas pocas herramientas bien conectadas tienes más que de sobra.
Tu kit de inicio podría ser:
Google Analytics: Es el cerebro. Te dice de dónde viene tu tráfico, qué hace la gente en tu web y cuántos convierten. Es fundamental.
Un CRM (Customer Relationship Management): Plataformas como HubSpot o Brevo son el corazón de tu funnel. Aquí guardas y gestionas tus contactos.
Una herramienta de email marketing: Servicios como Mailchimp o los que ya incluyen los CRM te permiten crear secuencias de correos para nutrir a tus leads.
Un constructor de landing pages: Esencial para crear páginas específicas para tus campañas. La mayoría de los CRM y plataformas como WordPress ya lo traen.
Si ya vendo, ¿de verdad necesito un funnel?
La respuesta es un sí rotundo. Vender sin un funnel estructurado es como navegar sin brújula: quizás llegas a algún sitio por suerte, pero no sabes cómo lo has hecho ni cómo repetirlo. No tienes el control.
Un funnel de conversión te da precisamente eso: el control. Te permite entender qué canales te traen los mejores clientes, dónde estás perdiendo oportunidades y, lo más importante, cómo hacer que tus ventas crezcan de forma predecible.
En pocas palabras, te ayuda a dejar de depender de la casualidad y a empezar a diseñar tu crecimiento.
En Encabo Consulting, no solo diseñamos y auditamos funnels de conversión; construimos sistemas predecibles para adquirir clientes en negocios B2B y B2C complejos. Si vendes servicios de alto valor o necesitas un proceso de captación de leads que priorice la calidad sobre el volumen, podemos ayudarte. Optimiza tu funnel y haz crecer tu negocio de forma rentable con nuestra ayuda. Visita https://encabo.consulting para saber más.